Sentada suavemente en la marisma escuchando el sonido de las olas, tratando de disipar un poco la arena y pretendiendo no pensar un tu nombre, un poco taciturna, callada, melancólica, persuadiendo a todos con la idea que ya te olvide, pero lo único indubitable es que estas presente en casa pensamiento, en casa suspiro , en cada sonrisa.
Sentada suavemente en la marisma escuchando el sonido de las olas, todo mi cuerpo algo inconexo, mi mente tratando de decirle a mi corazón que te olvide de una vez, pero el guarda la ilusión de lo escéptico que es tu olvido y viendo cerca el momento en el que te pueda abrazar y que solo veas en mi cuerpo ademanes de amor.
Sentada suavemente en la marisma escuchando el sonido de las olas, escribiendo mis sentimientos con un poco de criptografía para que los demás no se enteren de lo que hay e mí mente. Alzo mi cabeza con un movimiento algo fortuito y veo tu cara con una gran sonrisa en aquel crepúsculo constante, queriendo responder con una sonrisa igual, pero solo obtuve lágrimas de cristal que bajaban pulidamente por mi mejilla, caían lento sobre la arena y se las llevaba tristemente el mar.