El revolotear de la brisa
sobre las olas del mar,
avivo tu hermosa risa,
cuando te empece amar.
Tu cuerpo toda ternura
te di mi amor con esmero,
al oir un te quiero,
al acariciar tu linda piel oscura.
Siento el ardor de tu sangre
llena de candidez,
mujer llena de brillantez,
te amare para siempre.
Ansio tu cuerpo bendito
y estar en el altar de tu amor,
y en una plegaria solicito,
tu aliento abrasador.
Te doy mi amor en un verso
travieso como las palmas,
que juguetean ei mi alma
y me corones con un beso.
Por: Manuel Palacios