Es en estos documentos olvidados
añejados en una memoria oxidada
donde intocables se había quedado
lo que sabía sobre agonía pasada.
Entre tantos papeles amarillentos
se escondían unas palabras de fuego
denominando nombres sangrientos
para eso que fueron mis recuerdos.
Páginas de toda clase y variado estilo
compenetraban emociones exiliadas
cuando se sentía felicidad por llanto
por querer a una mujer con el alma.
Formularios con solicitudes banales
para testificar la unión por felicidad
se habían consumido en fantasmales
sueños que volaron para no regresar.
Fueron hojas extraídas de triste exilio
que aún llevaban la tinta de una vida
ilusionada por el amor de un idilio
terminando en viejas letras percutidas.
Vito Angeli