Mi corazón esperanzado
débil, convaleciente
ha palpitado nuevamente por ti.
Inmóvil en la sombra enciendo un cirio
y me cobijo en ti.
La magia de la noche me sumerge
en una esperanza asustada
y mi mente va en el reloj andando hacia atrás
tratando de encontrar el eco profundo
que transforme mi alma.
Oigo tu corazón en la almohada
y permanezco con los ojos cerrados
hasta que el día llega
la luz confusa poco a poco se vuelve nítida
dibujando una hermosa y sutil fantasía
y ahí estás tu...
y ahí estoy yo.