A la luz del día, mis ojos se llenaron de desierto, de arena y viento.Por eso, extrañé el sonido de los pájaros, el verde inmejorable de tus árboles.Extrañé tu lago, cómplice, compañero y amigo.Lejos, aprendí a valorarte. Y aunque otros áridos caminos, grabaron mis pisadas; yo, calladamente te llevé en mi corazón.Muchas veces entre mis recuerdos estabas tú, y me preguntaba si aún acunabas en el fondo de tu lago, aquellas lágrimas derramadas en tardes de soledad.Me preguntaba si aún la joven que fuí, inundaba en risas las calles de tierra junto a la casa que albergó mi niñez.Y así como el destino me inventó alas para alejarme...piadosamente me devolvió a tu paisaje.Yo amo el ruido de las hojas secas bajo un cielo otoñal, amo tus calles, tus silencios y tu gente.Amo el sol escondiéndose tras los cerros. Amo la lluvia cuando cae sobre tu lago mientras se mezcla también con mis lágrimas.Amo mis recuerdos, el canto del crespín cuando llega noviembre, el gusto del piquillin a la hora de la siesta.Tú eres, Embalse, parte de mi vida, yo seré algún dia tierra de tu tierra.Ahora lo sé, los ojos del Creador están puestos sobre tí... mientras te abriga en el hueco tibio de Su Mano.