Las luces sus ausencias juntaron... bebiendo con pause el llanto que ahogó detrás de la ventana del otoño...
Nostálgica es la tardanza... que anda en el asueto... emergiendo profunda... descendiendo marchita... cuando amanece entre las ramas de versos forjados al cristal del anhelo...
callé mi presencia... ante una misma mirada en la que las distancias se pierden... entre espacios vacíos... de lo evidente, mientras...duelen lastimeras las costuras bajo la piel... con el sentir de un pintor dibujado triste a la sutileza que teje el amanecer... donde el crepúsculo va, colgando lento las estrellas... para todos los que no las miran... desfallecer tan abatidas... sobre la claridad del lienzo imaginario... abandonado por el dia... que no llega...
Deshilando el cansancio... para despertar hasta la inconsciencia, sean claras o incoloras sus líricas... en otra paradójica fantasía... inducida... por lágrimas cobrizas... trazadas superfluas , por encima del sendero por el que la lluvia sube a lo alto... del duran cautivo... cual etéreo caminante de la antesala frecuentada por el extravío... aguardante a nuestro paso y prematuro deterioro...
donde recurre la permanencia de aquella pregunta... ¿Qué importa... si solo he de ser un ente felizmente entristecido...?
Seguí..hasta donde llegan las pisadas erguidas de la confusión... cuando citó... al pregonero insinuandose... bajo un muro en el cielo que dijo:
-Encontrarás... carpias las lineas... de mármol fundido... entre las páginas de los diarios... que vive la vida en blanco...
y así..difamé la oración que deliro con lentitud... que aveces surca las estelas de dichas y goces... en el pasado... el pasado... devoto al olvido... hoy insulso recuerdo... escrito sin memoria en el olmo... que ya no he encontrado en el mismo lugar...
Traspaso inseguro... algunas molduras...en la transparencia diluida... de la razón y el juicio que sin peso permanece, cruzando por la orilla... de brillo coralino... los mares agridulces de mi estancia sin existencia, paralelo al relato... de la débil luz que empalidece bajo el rostro del firmamento... aquejante y deprimente.., siempre lejano... del pensamiento, quizás... efímero pasajero de la tristeza... sin desdicha... por la que él aboga sin esbozar su silencio...aunque en ella sitúa las penas.
Ensimismando... a un manifiesto a través de diáfanas grietas... a la fragilidad de palabras y sonrisas... en pedazos ya, desde antes de su inminente colapso... para los fragmentados sueños... a su carencia en recuerdos...
Surcando silentes los ecos... viajeros caídos... sin voz que los recoja... del tiempo que los aleja.