II
Hombre enjuto de mirada profunda y misteriosa
que camina por las dayas de los llanos
como alma de sombras siniestras
libido ambula en el desierto.
Tu cielo son tus dunas,
que pasas contemplando su belleza
y el tiempo se detiene esperando tu regreso,
pero no regresas por que eres feliz en tu entorno.
Cabalgas como sombra por las dunas
y no dejas huellas en la arena,
tus alucinaciones de manantiales escondidos
son solo fantasías que se pierden como gueltas de montañas.
Pero tus sueños son como las estrellas
solo titilan a lo lejos,
desaparecen como fantasmas en el tiempo
y se pierden con los astros.
III
Navego en la sombra de tu esfinge
como si tu espiritualidad me acompañara
en la metálica luz que da luna,
en esta triste aventura de lo inhóspito.
Plácidos secretos se esconden en tu cultura
en los obeliscos de los muertos,
como polos perdidos en tu dimensión
se estructuran en tus sonetos
y se plasman en tus murallas.
Los ecos de una piedra te tocan
en éxtasis sin contemplación quedas
en el mundo espectral de lo que fuiste.
IV
Ríos negros bañados de riquezas;
tu Aldano no te cobija con tus visiones,
ni tus dioses se desvelan por tu guerras
solo sos el burlesco de tu mundo
contagiado de sueños prohibidos.
Hambruna y desolación dejas
en cada marcha que pregonas,
escaldan a las personas sedientas
de la libertad que de occidente sueñan;
pero tu historia se congela.