Transito en mi camino mojado por la niebla,
húmedo de tristeza.
Estoy en el otoño sin nombre.
No pertenezco a nadie, no me conozco.
Nada tengo, sólo recuerdos vagos
de un ayer cálido de risas.
Fotos que no quiero ver,
sonidos que no quiero escuchar.
Camino sin flores,
desierto plateado de lágrimas.
Mi vida comienza hoy.
Después de llorar, veo nuevas caras
asomar en mi ruta hacia ninguna parte.
En el mar de tus ojos me miro,
sólo por hoy, sin pensar en mañana.
No te pertenezco, no me perteneces.
Nada tenemos, sino la soledad compartida
y un montón de amor contenido.
Nuestros caminos se cruzan a veces
Y nos permitimos jugar
a ser felices, a dormir juntos
hasta que el sol salga
y nos devuelva al camino solitario.
Ana M. Grillo Baliño