Padre cielo sueltas tu rayo único de esperma fecundo
penetrando la obra abierta de la madre tierra
y la preñas de multitudes de hijos, de colores y metales.
embarazas la patria predilecta de los Dioses inmortales
con los trillizos escogidos de los frutos, arboles y cereales.
Dejas esbelta su piel de negra mujer amante
Donde los potros cabalgan
Reposando sus equinas angustias
y el hombre no encuentra sus verdades ocultas.
Cuando mis manos en horquilla extendidas
van a su harina de mana oscura y mis dedos
de pala y tenedor buscan sus ojos de oculto montículo
En tus abismos de sabia claridad amparas
las verdades secuestradas que el hombre ignora
y las nutridas arterias que la humanidad necesita.