Pidió un corazón benevolente
al Padre el Espíritu Santo
y este lo probo convenientemente
con el destino que esta a su cargo
secretamente fue examinado
y en secreto fue contestando
con la palabra fue consecuente
obrando firme y determinado
rechazo la comodidad aparente
y el halago vano y profano
con la fortaleza de un valiente
que no tiene miedo a ser rechazado
se aparto de lo infame y profano
de forma tan contundente
que el que esta en todo presente
amorosamente le estaba ayudando
revelándole lo que estaba ocultado
e inspirándole convincentemente
vio que el no estaba hablando
y en ese dichoso estado
se sintió naturalmente
por el Espíritu Santo guiado