Más allá de los árboles están los ríos;
están las praderas, los zopilotes, las fieras.
Más allá del viento están el soplo tempranero,
los huracanes, eolos enfurecidos, las tormentas…
Má allá de las nubes están los cuásares
los meteoros, las estrellas…
Todo está más allá, más distante, afuera;
como vasos repletos de jugos que no beberemos,
ajenos a nuestras manos, como quimeras.
Más acá también llenan muchos vacíos
la paz de nuestras esperas;
más acá están el dolor, el cansancio,
la ruta de los besos que no esperan
y que se caen babeantes por las ventanas…
Más acá también están el frescor
para los días cálidos, está el amor, tu tibieza
para los inviernos que nos flagelan;
más acá nos preparan una mesa
con vino tinto y almejas…
Y mucho más acá, justo bajo la piel,
están el deseo, los amores, el placer
de unos besos que aprendieron paciencia
en tus labios suplicantes; y en este más acá
tan adentro de mi piel, estás tú, que todo lo llenas.