Se ha quedado prendida
en la rama del árbol
el color de la brisa
con fragancias de Mayo.
Se ha asomado, dormida,
en su nido sagrado
golondrina perdida,
con su pecho muy blanco.
Y así estoy prisionero,
contemplando estas cosas…
yo las miro de nuevo
son árboles… y rosas…
Y disfruto los cielos
y las nubes que asoman
y me bebo el recuerdo,
que de nuevo en mí brota.
Y vendrán vientos nuevos,
con aromas lejanos
a poner en mis sueños
el perfume soñado.
Buscaré por los cielos
de tus montes privados
el calor del deseo,
que se enciende en mis manos.
Se ha quedado prendida
en la rama del árbol
la sonrisa encendida,
que me ofrecen tus labios.