La fría noche desvela sin piedad
mis manos, y quieren herir el papel
con las uñas arañando mi corazón…
mantengo mis sentidos atentos
a tus recuerdos, tu piel, tus ojos…
tu mirada que ya no refleja profundidad,
mi única sonrisa esta al contemplar tu retrato
que poco queda por mis lagrimas.
Ahora al sentir el roce de mi almohada,
comienzo a pensar si alguna vez me
amasteis como yo te amaba.
Te llamo, te río, te lloro hasta la alborada,
y grito con llanto tu nombre desde mi cama
y no logro alcanzar tus manos…aun busco
y busco… y nada, ya no estas a mi lado…
tal vez jamás estuvisteis.
Trato de hacerte escuchar mi voz,
y contarte que le he pedido a Dios,
que te cuide y te lleve de su mano,
y pronto me permita estar a tu lado.
Porque se ahoga mi corazón
en el silencio de mi garganta
y se me entumece el alma
por la cruel nostalgia que
soberbiamente pinta en mí esta agonía,
y esta soledad que ocupa tu espacio,
y consume lentamente mí tiempo de vida.
Porque ya no sigues mis pasos si antes
tu sombra iba con la mía?
Parpadeo para disimular la lluvia de
mis ojos que atónicamente arenas
de lagrimas yacen en el recuerdo
de tus labios.
Intento disfrazar mi llanto ante la gente,
cubro mis manos de mangas humedecidas
por el baúl de mis dientes…
porque esta pena agónica
de que respires tan lejos,
esta absorbiendo mi alma
completamente.
Ya no posee valor este amor que
Fundamos en nuestros enlazados
corazones…
ni la distancia impedirá que amar
son cosas de rozas que no a todos
los hombres llega la primavera.
Han pasado tantas lunas en mi espera,
volver a ver tus ojos es mi esperanza,
aun siendo muy grande la distancia,
es aun más grande mi tristeza
que lloro lagrimas de arenas.