Y mis deseos adoptaron el viento,
Pues el aliento del suspiro dependió,
Y mis palabras se cortaron,
Con el ritmo de la emoción,
Pues mi vida fue arrebatada en un segundo,
Por el compás de tu ser sobre mi cuerpo.
Y en una explosión los cuerpos se fundieron
El espacio entre tu alma y mi vida desapareció,
Y nunca más fui solo un hombre,
Y por siempre pase a ser una emoción,
Libremente cautiva en tu interior,
Eternamente agradecido por tu esplendor.