Aunque mi amor por tí jamás fenezca
dado que nunca su caudal yo estreche,
presiento ver cuando a tu amor despeche
sin que de mi alma se desaparezca,
-valga decirlo-, inclinación grotesca
con que de pronto mientras tanto aceche
sin más tener que el que se la deseche
pues que ni en sueños se te reaparezca
de mí bondad a la que pertenezca
darle lugar en el que se pertreche
de ánimo bien con el que permanezca
y así provisto de confianzas, eche
alas al vuelo sin que se le ofrezca
amor negado y que ni lo sospeche.