En el amanecer y el atardecer
rojo y naranja se entrelazan,
haciendo al cielo arder,
como si de ascuas se tratara
de una hoguera en la noche,
que con su calor me abraza,
aquel que mi alma desconoce
porque le ha sido arrebatada,
que con su luz y color me dice,
que la esperanza he de guardar,
porque el amor siempre pervive,
porque al final hallaré la paz.
Estas cosas en mi cabeza aparecen,
mientras veo ese hermoso paisaje,
que, de tal belleza me enternece,
y que tambien a vos, gusta esa imagen,
aunque mas bella que vos no existe
nada ni nadie, que sois la mas hermosa,
la mas bella, la mas preciosa,
que toda esta palabreria es inservible,
puesto que no hay palabra que describa,
ni poema que me sirva, para decirte
que sois la mujer mas bella, doncella mia,
que por vos este ingrato escribe y vive.