Estoy volviendo de mi viaje
hacia el desengaño.
Nada de lo que sabía me sirve.
Nada conocido me espera.
Todo es nuevo a mi alrededor.
Esta parece mi casa pero es otra.
Los ruidos se parecen pero no son.
Las caras que me esperan
son las mismas pero distintas.
Toqué fondo y subí contra la marea.
Sentí el sabor de la sal de las lágrimas.
Rompí con el pasado, quemé fotos,
recuerdos, cartas y mentiras.
Oculté mis ojos del mundo
para pensar distinto.
Nadie me pertenece ni soy de nadie.
No permito que me dañen
ni que me mientan.
No creo palabras dulces
ni sonrisas vanas.
No negocio la soledad por compañía.
No dejaré que vuelvan a usarme,
que vivan de mí y me desangren.
Vivo el hoy, la luz, el sol,
la lluvia, el frío, el sudor,
el viento, la música, la pereza,
mi perfume, mis libros, mi presente.
Estoy sanando.
Ana M. Grillo Baliño