Gotas que arribaron al camposanto
mudas entre cenizas de gratitud,
y con invierno sólo de quietud
en días que callaron sin quebranto.
Murmullo, risa y un juego de santo
bajo tierra de sumisa actitud,
energía que anhela la beatitud
y se regocija con triste canto.
Variadas corrientes de aguas internas
mecen en silencio la paz que yace
en recuerdos de las mismas cavernas.
Después que la gota de vida nace,
arribó al camposanto en nubes eternas,
ya no hubo lluvia, ni llanto que alcance.