Consígueme paz y te entregare todo
Para sentir la calma en mis adentros
Caminar con el pecho lleno de decoro
Sin tener que emprender nuevos intentos
Consígueme un corcel que cabalgue a la luna
Consígueme un pincel que materialice sueños
Regálame un texto que disipe mis dudas
Un objeto que convierta en sosiego al empeño
Si pudieras convencerme de lo que profesas
Con argumentos de incomparable tonelaje
No con ilusorias historias que ignorancia reflejan
Que hacen que mi atención se resquebraje
Consígueme tinta que se inyecte en mis venas
Y le devuelva su pigmentación a mi piel
Si pudieras bajar del cielo tan solo una estrella
Que le proporcione albor al troquel de mi ser
Pues palabras vacías nunca serán suficientes
Placebos para la conciencia y para el alma
Agua que escurre de un desfondado recipiente
Frases ilógicas que ningún sentido guardan
Dame unos ojos que hagan reales las visiones
De los imaginarios más grandes de mi mente
Dame la capacidad de hacer latir a los corazones
Con esa sempiterna bondad envolvente
Dame una pizca de aquello que ostentan
Los que han materializado todos sus deseos
Y deja de hablarme de aquellos que cimentan
Con tantas mentiras, sus castillos en los cielos
Dame paz aunque sea con tu silencio
Pues tus palabras solo crean más vacio
Separación entre océanos inmensos
Que me encuentran a sus orillas rendido
Tan parecidas tus palabras a mis objetivos
Tan etéreas que se desvanecen en el aire
Tan frágiles que se resquebrajan por el frío
Se mimetizan entre sombras con su baile
Razones que alimentan el escepticismo
De quien ve gris tornasol por la ventana
Levantando polvareda hacia el abismo
Con el sol que acompaña cada mañana.
Andrés Ruiz H.