El sol y la luna
Nuestra relación
es sin palabras:
callada y silente.
No comprendes mi mundo
ni yo el tuyo.
No hablamos del pasado
ni nos hacemos rclamos.
Funcionamos:
autómatas, precisos.
Mi único solaz
y mi baluarte
Cuando la realidad me sofoca,
es mi imaginación.
Pertenecmos a mundos dispares,
como el sol y la luna.
Maris Madrid
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