Cuando en la estación del tren
nos encontramos,
muy fuerte nos abrazamos,
y alli comprendimos que eramos
como en el portal decimos HERMANOS.
Salimos juntos caminando,
el muy caballero tomo mi mochila,
la que le ayude a calzar en su espalda,
y nos decidimos a caminar…
A pocas cuadras el vivia,
y la tardecita nos permitio caminar
sin pesares, ni cansancio…
yo con el me sentia segura.
Al llegar a su casa dijo…
adelante haz de cuenta que
estas en tu casa, es mi humilde morada…
pasa deja alli tus bolsos.
Hice tal cual, deje mis bolsos
saque mi ropa que podria arrugarse
y me fui a la cocina, pues mi hermano,
el mate ya tenia preparado…