Cómo empujan las nubes las montañas
y pagan su sudor al intentarlo,
mojando las veredas y los bosques,
que en su esfuerzo van atravesando.
Y llegan hasta mí perfumes húmedos,
de maderas tiernas y verdes prados,
donde se acuesta el sol en arcoíris,
anunciando el evento que ha acabado.
Brilla el sol, recogiendo los sudores
por las nubes vencidas derramados
y convierte en color esos momentos
con pinceles de amor, pintando cuadros.
Ahora es la paz que embriaga los ambientes
y derrama sus efluvios soñados,
que pudieron llegar y no llegaron.
Construiré un arca con mi sueño,
esperando el diluvio deseado
y guardaré en ella mis pensamientos,
mis recuerdos, mi olvido, mi pasado
y cuando abra la puerta a un nuevo día
sabré por fin si lo he soñado.