Muerte, querida,
esta noche abrí los ojos
y ahí te encontré
al pie de mi cama
mirando mi vida vacía.
Muerte refinada,
cuantas veces cordialmente
me dedicaste un saludo
si me veías a lo lejos
mientras tus enmiendas cumplias.
Muerte, amiga mía,
¿qué le has hecho al hombre
que piensa que le haces daño
cada que te le acercas
a quitarle sus penas?
Muerte, enemiga de ellos,
¿qué te ha hecho el hombre
que ahora se cree digno
de cumplir con la que es tu tarea?
Muerte, querida,
esta noche abrí los ojos
y ahí te encontré
al pie de mi cama
mirando mi vida vacía.
Muerte, puntual señora,
gracias por venir,
te doy la bienvenida
y de los trámites explícame
que no sé qué más siga.
JCEM