Al darme cuenta que de mi te ibas,
mi corazón por ti lloraba,
derramando lágrimas furtivas
que en mis adentros se encontraban.
¡He sabido que te amaba!
cuando extrañé la caricia anochecida,
cuando la nostalgia de mi se apoderaba
dejando mi palabra enmudecida.
¡He sabido que te amaba!
cuando tu voz ya no escuchaba,
cuando mis días se alargaban
al saber que tú faltabas.
¡He sabido que te amaba!
cuando vi tu amor por mi perdido,
tus sentimientos fugitivos
y la felicidad que de mi alma se escapaba.
¡He sabido que te amaba!
cuando el invierno me abrigó de hastío,
cuando sentí que una lágrima furtiva,
rodaba por mi rostro entristecido.
Felina