A veces las lágrimas de amor se secan
flotan como pedazos de alma,
por instantes rozan el espacio
y eclosionan en polvo brillante
hasta convertirse en estrellas.
Entonces el hombre observa distante
y siente nostalgia de su hogar primo
sin saber que forma parte de todo,
que su Creador jamás lo olvida.
Por eso, la distancia que existe
entre un ser humano y el cielo
mide tan solo una lágrima.