Eras de chapa y barro,
sin embargo te recuedo asì,
con mis primeros pasos, con mis brios,
y con esa tierna belleza que solo tienen
los lugares elegidos para siempre.
Cuàntas veces pude migrar, cuàntas!
pero te miraba de lejos y me decìa:
este es mi espacio, mi refugio, mi siembra.
Y ese mi tan necesario, tan cotidiano,
se convirtiò en hogar, mi escuela!
Eva Duarte, Còmo cambiaste!
Un director que te quiere como yo,
golpeò cuantas puertas pudo para construirte,
cada aula, cada patio, cada taller,
fue la reuniòn de tantas idas y tantas vueltas!
Ya hace veinte años que te pertenezco,
y se que algùn dìa serè solo tu recuerdo!
Mi querida escuelita, cuànto te quiero!
Ya extraño mi paso por tu puerta,
Los chistes de Ariel, las charlas con
Mirta Merlo, y a mi regente, Nora.
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