En tu regazo tibio piel de nube
Cabalgué los senderos de la infancia
Columpiándome en la alegre arrogancia
De abrigarme al calor de tus virtudes
De ese aroma al que mi pecho acude
Como niño en arrepentida errancia
Es Tierra, cielo, campo y esperanza
Donde procuro eternas juventudes
Glándulas que engendran gracia plena
Temple que respira a manos llenas
Fibra y nervios llanos de fortuna
Alma, carne y huesos, dulce entrega
Eres el cantar que llueve y riega
El sempiterno amor desde mi cuna
Gerardo Villalobos