Amanezco entre tus brazos
cuando despierto del sueño.
Amanezco entre tus brazos
y sueño que estoy despierto.
Es la distancia indulgente
la que ha parado los tiempos
y ejerce su caridad
avivando los deseos.
No hay distancias que separen,
ni tan siquiera kilómetros,
que te impidan que tú vengas
o que yo salga a tu encuentro.
Es tan grande la ilusión
y es tan bello el sentimiento,
que los relojes se paran
para dar hora al momento,
sin saetas que nos marquen,
y tampoco habrá termómetros,
que midan en nuestras almas
el calor de nuestro encuentro.
Los días no existirán
y hasta se parará el tiempo…
solo habrá una eternidad
para dar rienda a los sueños.
Amanezco entre tus brazos
cuando despierto del sueño.
Amanece un nuevo día…
y yo te lleno de besos.
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