Dios necio que diste razón
al cerebro del hombre
para probrar la fuerza
de esa bomba de sentimientos
que escondiste tras su pecho,
mejor te hubiera salido el juego
si hubieras elejido
brindarle un aguijón
cargado del peor de los venenos.
Así hubieras tenido
sólo una especie más
de simios como hay tantos
y no un único exterminador
de todo eso tan perfecto
que crear te debió costar tanto.
Dios terco que confiaste
en el hombre cuando era
mejor hacerlo en el perro,
el elefante o el camello.
Ahora tendrás que comenzar
de nuevo con tu juego
aunque ya te ahorraste
el mandar un meteorito,
una inundación u otra era de hielo.
Mira que lo único que has logrado
es que me ria de tu inocencia
y de lo parecido a ti que me has hecho,
ya dejate de orgullos tontos
y ahora si intenta jugar limpio
que si tu juego tuviera juez
te descalificaría por tramposo.
JCEM