Madre cuanto daría
por tenerte ahora a mi lado
cuando mas te necesitaba
el mas triste día de mi vida
me dejaste abandonado.
No por tus propios deseos
un maldito cáncer fue
que dejandote sin vida
mi alma dejo herida
muriendo contigo a la vez.
Tú me enseñaste bondad
la humildad y compasión
a perdonar los agravios
del mundo y sus patrañas
con firmeza y corazón.
Eras mi ejemplo y mi guía
de ti siempre presumí
por que en todo madre mía
no había una madre mas buena
como lo que sentía de ti.
Quisiera que en este día
junto al padre celestial
le pidas al diosito bueno
que cuando mi vida acabe
me lleve donde tú estas.
Ángel Reyes