El día que me pierda en tus brazos
Abrazarás la bandera.
La del amor que esperas.
Hazme caso.
Me iré suavemente por tu calzada
De niña enamorada
Y con mi lengua sobornada por mis sentimientos
Te daré contento mi amada.
A cada uno le llegará el momento
De anular los pensamientos
Por tan buena cruzada.
Mi espada se rendirá ante tus encantos suculentos.
Los tormentos quedarán atrás
Los remordimientos.
Nada
Nada te turbará.
El viento se llevará todo
Con su modo turbulento
Y de un zás
Se acabarán tus penas y tus lamentos.
Siento que debía decírtelo
Antes que mueras sin intentos.
Un consejo así no se recibe todos los días.
Insértatelo
Y hazme un juramento vida mía:
Tratarás de venir
Antes que ingrese a un convento.
O tenga que morir.
Lento.
Pero muy lento.