Hijo mío Derramas mi sangre al nacer Bebiéndote mi luz Tus ojos encadenan mis días Mis manos ansiosas de ti Abrazaron a la soledad Cortaste el silencio al decirme mama Fui sombra natural de tus pasos Y tú pisaste mi nombre Rellene de colores tus caminos vacíos Dormida escucho tus lágrimas Caen como piedras en mi tumba Sepultando con suplicas Tu llanto despierta a mi pensamiento Bendiciéndote a la vida Que déspota sonríe en la orfandad De ese ángel llamado mama