En tu regazo de niño –concilie mi sueño-
¡AH!...como frenar el tiempo de mi infancia.
Si he quemado los años con el leño
y veo tan triste el ayer en la distancia.
Quisiera una a una juntar todas tus canas
que se formaron para hacerme hombre…
Porque sé que en mi camino sólo hilvanas
toda la fuerza que lo da ese nombre:
cinco letras quizás en el umbral perdida
pero que se repiten a diario (cual grandeza)
¡Cinco letras quizás! Que dan la vida
y cuándo han de partir causan tristeza.
Sólo tengo estos versos que hoy te escribo
que en mi negra amarga ansiedad
hacen a tus pies blando el arribo
-versos que escribí en soledad-