Espejo de sueños rotos,
Reflejo de cuatro paredes,
Claustro de esperanza inerte,
Cuerpo que transita
Sin muestra de alegría y vida,
- La cabeza atormenta, el corazón aprieta y el alma cansada no halla –
Desencajada e injusta balanza,
Destierro merecido de egoísmo elegido,
Sólo diminuta presencia,
Un hilo mal cosido
enhebrado a la subsistencia.
Sin una lágrima escondida,
Camino con renuencia,
Y a cada paso me interrogo:
¿Cuándo se irá de mi presencia?
¿Cuándo dejará tranquila mi estancia?
¿Cuándo me devolverá mi esencia?
¿No es suficiente mi aplastada confianza?
¡Devuélveme mi fuerza y constancia!
MARTA DORESTE