Recojo de las sombras, taciturna;
una verdad escondida tras la noche
que se ha quedado impregnada en tu asidero.
He cubierto mis ojos de imprevisto
pues no quiero mirar recuerdos vanos;
están despiertos, pero al fin tapados para tu olvido.
No fue un escondite este rechazo,
es más bien la voluntad de un beso
que presume ser salvado de un abismo.
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia