Hoy es otro día,
me levanto en amorío
y ya pensarla es alegría.
Tan solo recordar cuando la miraba
tantas y tantas cosas que decía;
y todas y cada una las repasaba
pues al hacerlo a su vez la tenía.
En una ocasión salí de mi casa,
y claro, con el asfalto tropiezo
la tarea olvidaba en la mesa
y mi exalto así comienzo;
estaba muy enojado por mi despiste,
y en el salón la encontré sonriendo,
ella al instante me dice: ¿Cómo amaneciste?
Ya el día había sido marcado.
pues sus hermosas palabras lo hacían diferente
y a mí, mas enamorado.