No tengo derecho de quererte,
pues de tu amor él es el dueño,
propietario de tus besos,
es lienzo de tus caricias,
quien comparte espacio y tiempo,
a quien consagras tus afectos.
¿Qué derecho tengo de adorarte?
si tus labios otro nombre dicen,
con sus calidos acentos
si tus ojos brillan siempre
que lo ves y él se acerca,
si tus manos tiemblan cuando,
pronunciando esta tu nombre,
si tus lágrimas enjugas
cuando esta de ti ausente.
¿Yo que gano con desearte?
si tu cuerpo tiene dueño
y tus manos un destino
si tu pasión es entregada
y más aún correspondida,
si tú y él son uno mismo,
y del otro son la vida.
Por eso amada mía
no tengo derecho de quererte.
Pues tu amor es imposible
que dividas en pedazos,
si mi alma no haya calma
ni mi corazón consuelo,
pues no alcanza mi esperanza
y de a poco sin saber de ti me muero.
¿Que derecho tengo de adorarte?
solo el que mi corazón me dicta,
que de mi mente no te aparta
ni de mi sueños ya te exilia
que de mis más dulces fantasías,
eres tú la vida misma,
sé que nada gano con quererte
mi alma así de eso no entiende
y cada vez que digo tu nombre
me regala bajito y en secreto
todo el derecho para amarte.