Luisa Arias Soto

La Lluvia Del Olvido Entre Los Barrotes De Mi Alma

Caen las gotas de lluvia que entre mis lagrimas no diferencio, nunca te he tenido, lo sé, pero perder la esperanza de estar contigo, es arrancar un trozo de mi y tirarlo al vacio tormentoso.

 

La tumba de lo que sentí clama a gritos las flores del recuerdo que quiero dejar de producir.


¡Oh esta lluvia!, filtrándose entre las hojas de los arboles que tenebrosos posan golpeándosen entre sí, asemejando este sonido tosco de mi corazón apesadumbrado, guardando mil sentimientos en sus copas que derraman los vinos celestiales con tu ausencia, son tan deseados y se me han prohibido tomar como un castigo divino por querer algo imposible.


Esta lluvia trae consigo relatos con los truenos, como si fueran la orquesta sinfónica de la muerte, tocan mi sentencia; asustándome dejan que me encandilen de vez en cuando las luces que veo en forma de espectros ancestrales de historias sin causas e inconclusas en mi vida, martirizándome junto a ellas en el vaivén de superación.


¡Ya no te conozco!, ha llovido tanto aquí adentro que las imágenes parecen difusas (incluyéndote a ti); soñando lo absurdo de ver un arcoíris a través de la sombra, he olvidado las leyes naturales, de que se ocupa el sol para que nazca y solo recibí de ti palabras rotas, música sin notas y una semilla que no germinara jamás.


No te culpo por eso, esta lluvia que no para es la culpable de lo que siento, no tu, ni el destierro producido por tu ausencia.