Te enviaré una rosa cada día,
con perfumes de amor y sin espinas
y será mi saludo al levantarte,
despertando tu sueño al nuevo día.
Una rosa, una flor, la más hermosa,
que acaricie tus labios de alegría
y te diga por mí lo que ahora grito
que te quiero, mi amor, más todavía.
Una rosa, un color, cada mañana,
que te evoque el sabor de mis caricias
y dibuje acuarelas en el alma
con pinceles mojados en mis lágrimas.
Esas rosas ya son jardín florido,
que yo siembro y cultivo en armonía
y cosecho una flor de madrugada
y convierto la rosa en poesía.
Una rosa, mi flor, en la mañana,
una rosa, tu flor, de bienvenida,
una rosa, mi flor, de mil suspiros,
una rosa de amor… ¿por qué suspiras?