El brillo de tus ojos verdes
que me dan su alegría,
hace que los recuerde
y alienten la vida mía.
Verdes son las llaneras
que me dan su frescor,
verde es la dulzura
que llegan al corazón.
Cuando te miro pasar
atisbado en la ventana,
siento el suave palpitar
de mi amor en la mañana.
Con las alas de mi pañuelo
hago que notes mi presencia,
pido de tu amor un consuelo
y me cubras tu fragrancia.
Eres santuario de mi vida
donde venero tu amor,
donde mi amor anida
y guardo todo su ardor.
Por Manuel Palacios