Oh mi amada,
me distes la fuerza de tu amor,
eres rosa blanca,
como la lluvia pura fuiste.
Callada como una noche silenciosa,
como un deseo, un sueño, yo te amaba.
Me distes de tu manantial,
la pureza de tu agua.
Orgullo de mi pasión, eras tú,
ahora tristeza y alegría de mi alma.
Más que esposa, más que amada,
en mi pecho fuiste tallada.
Que tú eras rosa de pétalos de oro,
y yo por tu amor loco loco yo estaba.
Ahora no estás a mi lado,
y siento una nostalgia, que me araña,
más allá de mi alma.
Para mi esposa María del Camino.
Con amor.