Bebo el vino de tu cuerpo
bajo las máscaras de tus rostros
que me golpean con impugna lástima,
mientras me carcome las cirrosis
del pecado.
Busqué todos tus nombres,
conocí las infamias de Baco,
me despojé de esta leprosidad sanguínea,
de esta gangrenosa piel de mentiras,
y memoricé cada letra de tu cuerpo
cuando tú solo me roías el hígado.
Mis víceras están listas para ser comidas,
listas para que tú las devores con cada músculo
cuando la bilis recorría la cama,
esa cama mojada de uvas frescas.
Diviso el muelle de tus placeres
y anclo mi estancia
en la orilla de tu torso,
naufrago en las aguas etílicas
con el corsel entre las piernas.
¡Soy una puta! ¡Soy una ebria puta! ¡Una puta con resaca!