Al brillo de la luna
que alumbra la calle
vengo a afinar mi guitarra
para cantarle a la reja.
Deseo crear con mis estrofas
un puñado de suspiros
y depositarlos en tu alma
como un ramillete prendido.
Los claveles aromáticos
de tu ventana florida
me ofrecen con sus fragancias
el más hermoso adiós !
Al combate ya me voy
y está pronta la partida
por mi bella y querida patria
he de jugarme la vida.
Cuando suenen en la iglesia
las primeras campanadas
ya me habré marchado
con la congoja en mi alma.
Pero, distante, donde me encuentre
trinfador o vencido
será invariable tu cariño
mi compañero sagrado.
Si es que retorno de la guerra
premiado con laureles
otra vez los aromas
me brindarán tus claveles.
Pero si lejos... desamparado y triste
valerosamente perezco
que esta delicada serenata
sea mi postrer despedida...!
Víctor Carlos
(adaptación de los versos
de Armando Ferretti)