Durante estas largas noches,
cuando en soledad me debato,
convoco hadas, brujos, duendes fugaces,
para charlar sobre cuestiones que apremian
y algunos disparates.
Como oportunidad
concibo las horas en duermevela
para liberar a todo el circo
que albergo bajo tinglado de piel
Ellos concurren con alborozo y mágicas frases,
se cuelan por los dedos
hacia cualquier página que sobre.
Allí inventan poemas,
historias o delirios,
temas imposibles de tratar
dentro de la yerma abulia
que domina la superficie.
Esas apariciones grotescas,
a veces cómicas, otras absurdamente iracundas,
logran comprimir el tiempo
facilitando el desquicio en su anfitrión.
Si no se puede dormir,
al menos logro soñar con ojos abiertos.
Derramando en letra
los relatos que hilvanan los huéspedes del adentro
desde firmamentos que nadie contempla.