Puedo extender mis manos si estás perdida y en un abrazo suave encontrarte.
Puedo mirarte a los ojos profundamente, y al verte triste, penetrar más allá de lo que veo.
Puedo hablarte desde el corazón y llenarte el alma con mis palabras para ayudarte.
Puedo llorar tus tristezas y transformarlas junto a las mías en risas, respetando los silencios.
Puedo hacer menos dura tu soledad compartiendo más momentos de tu vida.
Puedo quererte pero puedo rechazarte.
Puedo estar, y compartir todos los momentos intermedios de tu vida.