linda abdul baki

El ser se hace, no nace

 

 

 

El ser se hace, no nace

 

Hay que comulgar diariamente

Con la verdad que esta dentro de nosotros sonante

Vivamos la vida encantadora  y puramente

Que reverdece todos los días anhelantes.

 

 

Cultivando plantas de nobles esencias

Si las tomamos nos darán paciencia

Mirándonos todos los días con conciencia

Alumbrando la simiente de la remembranza.

 

 

                                                                              

Vienen y se van los días malos

Vienen y se van los días buenos

Todo viene y se va en esta vida

Y nada de nada queda igual.

 

 

Solo nuestra alma comulgando diariamente

Almacenara las joyas preciosas felizmente

Guardándolas en la permanente fuente

Para purificar al alma y a la mente.

 

 

El amor de Dios que como lluvia cae en nuestro interno

Nos alejamos para que no nos moje ni un momento

Con las discordias, los malos entendidos y los desprecios

Corramos a bañarnos bajo esa lluvia contentos.

 

 

Logremos hacer algo sublime con amor

Recordandolo siempre a El y cantando la canción

La canción del perdón que alimenta al alma

Y le da paz a nuestro apuñalado corazón.

 

 

No jurunguemos en los baúles viejos

Mucho polvo y moho se respira

Saquémoslo para que asi el sol los mira

Y así volveremos a la apreciable vida.

 

 

Ágamos de nuestro corazón una casa reconfortarle

Pongámosle las ventanas del amor perdurable

La puerta que sea del amor comprensible y flexible

Para que pueda entrar el gordo, el flaco, y lo invisible.

 

 

No tengamos miedo de lo que piensen de nosotros

Tengamos miedos de los que pensemos de los demás

Mi casa yo la tengo que cuidar de las sustancias nocivas

Y estar pendiente de mi casa antes que de los otros.

 

 

Cuantos cantos hay que no se escuchan

Por su trinar bajo pero que mucho alumbran

Nos inclinamos a los cantos que abundan

 Pobre mente y lengua como se ensucian.

 

 

Ahora es el momento para mirarnos en el espejo

Y ver que tenemos ojos, nariz, boca y muchos reflejos

No somos monstruos somos almas relucientes

Pero nos dejamos llevar por la malvada mente.

 

 

Comulguemos en nuestro ser para entender el deber

De ser tablas en el mar de la ignorancia

Ayudar a los que se ahogan en sus semblanzas

Y llevarlos a la orilla para que vivan con calma.

 

 

Con mi cariño Linda

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