Buscando la inspiración en el ropero
Encontré un brasier abandonado,
Dueño de mis ilusiones constantes
De mis sueños y mis perversiones.
Se me vino a la mente al instante
La imagen de tus pechos turgentes,
De tus pezones ardientes que erizados
Se robaron más de mil millones de caricias.
Recordé tus caderas pronunciadas
Que me enloquecían en su andar,
Tus glúteos blancos y acorazonados
Que me mostraron el éxtasis total.
Recordé tus palabras de despedida
Que buscaron consolar mi tristeza;
Recordé tu semblante alegre, y el mió,
Que destrozado dio un adiós improvisado
Y hoy en mi soledad más sublime,
En esta noche serena que me espera
Reclamare en silencio la inspiración
Que sin darme cuenta un día te robaste...