atraves de una tarde sin palabras,
incada ante el silencio,
recorri tu esbelto torso en un tizon apagado por tu sueño,
deduci que el pendulo resoñaba frenetico,
a una velocidad predestinada a angulo recto,
oblicuo en una pintura casi perfecta,
resumi el confort preludico,
resultado de un beso,
sobre una ecsena metaforica de suntuosos deseos,
resollado en las ansias,
amantes a tu cuerpo, clamante a tu diluvio,
someti mi suño ardiente,
penetre tu pasion adormecida,
divagando fogosa en la fantasia,
inquisicion pecadora,
elocuente al absorto presente,
confese mi ansia,
desflorada a tu remebranza,
en el claustro de aquella botella, el calor del desierto,
disvariado en el sopor del decenso,
suplicante al purgatorio,
por tocar el climax, sin perder la parada del deseo