Sublime mujer,
desde siempre has sido el pilar
que sostiene la humanidad.
¿Quién te enseñó amar?
El querer ya es en tu ser
fémina llena de humildad.
¡Oh! Dios maravillas as creado,
de las más hermosa la mujer.
Gracias señor por este regalo dado,
reflejando tu querer
de la creación, al hombre por este ser.
Dulce miel
precioso atardecer.
Pobre aquel
que en su compañía no ha visto un amanecer.
Sublime esplendor
de las diosas la mejor.
No pido tanto
toda usted es un encanto.
Divina eres
no hablo de una,
hablo de todas las mujeres.
Egoísta seria si dejo afuera alguna.
Preso de tus encantos,
atributos tantos,
al divino ser,
que es la mujer.
Torrente de pasión
te admiro con devoción.
mar donde naufrago,
tu belleza me causa estrago.
Dueña absoluta,
que absorbes mi ternura,
dime si disfrutas,
mi pasión por ti y mi
locura.
EDGARD OROZCO