Fué de esas delicias que en las tardecitas de un invierno tibio me dejó aturdido.
Fué de esos zumbidos que tardaron años en desvanecer.
fué de eso abrojos que amarraron fuerte todo el sentimiento.
y fué una caricia de la lengua viva que jugó a querer.
Fué como el excelso sabor de las mieles que uno sabe puro
fué como un exceso que costo olvidar
fué brasa quemante, espuma excitante y labio en apuro
fué como una herida cortante que dolió de más.
Fué carne que brama,
estrellas y llama,
aires que desquician.
Metralla en la boca,
capricho de niño,
juguete y temor
y fué como mecha que activó la bomba en el intestino
donde siendo chico,
uno desespera y explota de amor.